No sólo el aumento de busto es una cirugía a la que las mujeres suelen recurrir para sentirse satisfechas con su figura, sino que algunas se someten a la reducción de senos, una intervención quirúrgica habitual que además de llevarse a cabo por razones cosméticas, se realiza por una gran cantidad de causas médicas que afectan la calidad de vida.
La reducción de senos, también conocida como mamoplastia de disminución, se debe a que el poseer un busto muy grande origina una serie de problemas físicos que afectan desde la piel hasta la postura, además el tener un busto de gran tamaño, ocasiona que las mujeres se alejen de algunas actividades, como los deportes.
El dolor crónico es común cuando los pechos cuentan con un exceso de volumen. Este malestar puede ser en la cabeza, en los hombros o incluso en el mismo cuello. Otras razones que llevan a las mujeres a optar por esta cirugía de reducción de senos son problemas nerviosos, esto provoca entumecimiento en las extremidades superiores; y salpullido bajo los pechos. Una de las causas estéticas por la que se realiza este procedimiento son las estrías que aparecen en ellos.
Para esta operación de reducción de mamas, el cirujano extrae parte del tejido mamario, además de la piel. Luego de extirpar el tejido, la grasa y la piel, tanto el pezón como la aureola se mueven a una posición superior para que se ubiquen en el centro, y por ende, se tenga una apariencia estética y no irregular.
Para la remodelación, el médico utiliza puntos de sutura en el cierre de las incisiones que realizó. En algunas ocasiones, la liposucción es un procedimiento que acompaña a esta intervención quirúrgica, y de esta forma se mejora la forma del pecho, así como la zona de la axila.
Esta se logra en un quirófano, ya sea dentro de un hospital o de una clínica, y luego de la operación, la persona queda internada un día para evitar riesgos. La duración de la intervención es variable, esta puede ser de dos a cuatro horas, no obstante en algunos casos puede prolongarse este tiempo.
Normalmente los senos de la paciente tienen que haberse desarrollado por completo a fin de que esta cirugía se realice, aunque cuando existen problemas físicos relacionados de mucha importancia, el procedimiento puede llevarse a cabo antes, según la opinión del cirujano. Sin embargo las mujeres que deseen amamantar tras el embarazo no deben someterse a esta operación.
Antes de la mamoplastia, el médico evaluará diferentes características de los pechos, como el tamaño, forma y la firmeza de la piel, todo ello en la primera consulta. Por esta razón es necesaria una exploración por parte del cirujano plástico, quien puede pedir una mamografía para que se conozca por completo el estado de las mamas.
Entre las condiciones más frecuentes que existen antes de la entrada al quirófano se encuentran la suspensión del consumo de tabaco, debido a que es causa probable tanto de infecciones como de problemas en la cicatrización; y debe cuidar además no ser fumadora pasiva, así como abandonar el uso de diversas clases de fármacos con efecto anticoagulante, como lo es el ácido acetilsalicílico, warfarina e ibuprofeno, entre otras sustancias.
Según el tiempo que el médico indique, se tendrá que utilizar un sostén quirúrgico o llevará puesto alrededor del tórax y de los pechos un vendaje de gasa.