El abultamiento formado entre el mentón y el cuello, conocido como “papada”, aparece tanto en personas jóvenes como en personas de edad avanzada, por lo que la operación de papada es frecuente en cualquier edad dando extraordinarios resultados que satisfacen a todos aquellos que necesitan eliminar este tipo de pliegue o abultamiento.
La papada es la piel que cuelga bajo la barbilla; se trata de una capa de grasa que se encuentra de forma subcutánea y se presenta de manera regular en personas obesas y ancianas. Por fortuna, existe la liposucción u operación de papada, la cual elimina esta acumulación de grasa bajo la mandíbula.
Existen distintos factores que favorecen que este abultamiento tenga presencia, entre los cuales aparecen características como poseer un músculo platisma laxo, que es cuando el músculo que se ubica en la región ánterolateral del cuello no tiene la tensión que debería; así como un mentón de tamaño pequeño y exceso de grasa acumulada.
Las ventajas estéticas que esta clase de cirugía brinda son amplias, entre estas se encuentran un ángulo cervical con una mayor definición, la cara pierde en gran medida su redondez y el tamaño del cuello también llega a reducirse de forma notoria.
Esta cirugía consiste en una incisión comúnmente debajo de la barbilla para por ese espacio sustraer la grasa que ahí se localice; algunas ocasiones la cirugía suele ser acompañada por un implante de mentón cuando se dé el caso de una barbilla de una medida muy corta y así obtener uno más prominente.
Existen dos clases de esta intervención quirúrgica, una de ellas es la de papada simple y otra es la de papada completa.
La primera de ellas se lleva a cabo en papadas de gran tamaño en las que hay una muy alta cantidad de piel sobrante y demasiada flacidez en la zona, donde después debe realizarse un lifting. Para ello los cortes se llevan a cabo atrás de las orejas.
El segundo tipo de intervención es para papadas pequeñas, donde la grasa y la piel desprendida es poca. Para ello, la incisión se realiza debajo de la barbilla para adaptar el músculo y alisar completamente la zona. Al ser los cortes en sitios donde la piel se pliega de forma natural, las marcas o cicatrices se vuelven invisibles.
Para regresar a la vida cotidiana, el paciente sólo debe esperar entre 10 y 15 días después de haberse sometido a la intervención, aunque en algunas ocasiones los pacientes tienen inflamación, misma que suele disminuir una semana posterior a la cirugía, y otras más presentan moretones que pueden ser disimulados fácilmente con maquillaje.
También resulta indispensable cumplir indicaciones prequirúrgicas. El suspender el hábito de fumar es de vital relevancia al menos dos meses antes de la cirugía. También es importante dejar de consumir algunas vitaminas y aspirinas, además de aplicarse la vacuna antitetánica para evitar así cualquier riesgo de infección.