La nariz se encuentra en el punto central del rostro, por lo que su tamaño y forma es de una gran importancia para toda la belleza de la cara. La rinoplastia, la cual también es conocida como cirugía estética de nariz, puede definirse como una operación en la que se reparan diferentes problemas como malformaciones congénitas o las formadas por traumatismos, hueso que sobresale como curva, desviaciones hacia el lado izquierdo o derecho, entre otros defectos. Al someterse a esta operación se obtiene una armonía facial.
La manera más común por la que esta intervención quirúrgica se lleva a cabo es por razones estéticas, sin embargo existen también algunas cuestiones de salud que hacen que el paciente se someta a esta cirugía de forma obligatoria.
Para practicar la rinoplastia se deben tomar en cuenta la forma del rostro de la persona, así como las características de cada uno de sus rasgos, por lo que no es posible “crear” una nariz nueva hasta que se analicen el resto de las características físicas del rostro.
Los diversos motivos por los que la rinoplastia se realiza son el incremento o disminución de la medida que tiene la nariz, arreglar lesiones, solucionar dificultades en la respiración, otorgar un ángulo diferente de acuerdo al labio superior, así como la reducción de las fosas nasales.
El momento idóneo en el que puede practicarse esta operación es cuando el hueso ha dejado de crecer; la edad en que esto sucede varía de acuerdo con el sexo. En las mujeres, sucede en la adolescencia, ya sea en los 14 o en los 15 años; mientras que en los hombres se da unos años más tarde. Cabe señalar que antes debe de considerarse la salud de la persona, tanto física como emocional, para saber si puede ser candidato.
No se trata de una intervención de larga duración, sino que por lo regular demora alrededor de dos horas y en algunas ocasiones se requiere una breve hospitalización.
Comúnmente, para realizar la rinoplastia se hace un corte o incisión en las fosas nasales, ya sea en el interior o fuera de las mismas, todo depende de si es necesario el injerto de un cartígalo o el objetivo qué se busca conseguir.
Es cotidiana la colocación de férulas por fuera para que la forma se conserve luego de la cirugía y esta pieza puede ser metálica o plástica. Para mantener la pared divisoria estable en el tabique, se ponen estas mismas férulas o tapones nasales.
Al no implicar más riesgos de los que representa cualquier cirugía, como lo son el sangrado y hematomas, el paciente puede volver a su hogar el mismo día, esto siempre y cuando se acuda con un cirujano calificado.
En seguida de la intervención, existe hinchazón y dolor en el rostro, lo cual es controlable con medicamento; además el malestar de cabeza es también frecuente. Para continuar con su vida cotidiana, el tapón colocado se puede retirar tres o cinco días más tarde.
Antes de la operación, deben seguirse cuidados especiales, como no inhalar ningún tipo de sustancia y realizar ejercicios respiratorios. Después de la rinoplastia, se tienen que llevar a cabo las indicaciones del cirujano para evitar así cualquier clase de infección.