Muchas veces el contar con las orejas grandes hace a las personas sentirse inseguras con su aspecto, condición que no tiene por qué llevarse toda la vida, pues en la época actual existe la otoplastia, la cirugía indicada para evitar este problema.
La otoplastia es un proceso quirúrgico que se realiza en las orejas con el fin de darles un acomodo que haga lucir al rostro más estético. Las personas recurren a esta intervención principalmente por dos motivos. El primero de ellos es lograr que las orejas estén más cerca de la cabeza y el segundo es que no luzcan tan grandes o con una forma asimétrica.
El no tener esta parte de nuestro cuerpo en una posición cómoda puede resultar en falta de confianza al no poder lucir un peinado de nuestro gusto.
Es más común que esta cirugía se realice en niños con el fin de acomodar lo antes posible las orejas y que no pasen un trayecto difícil ante las burlas de los demás. Además el corregir cuanto antes el problema mejorará su desarrollo. Son candidatos los niños entre 5 y 14 años, ya que a la edad de 5 años estos órganos ya han alcanzado su punto cumbre en cuanto a crecimiento. De cualquier modo, también los adultos pueden someterse a esta operación sin pensar en efectos secundarios o riesgos.
Debido a la incomodidad que produce el tener orejas que no están en una posición o medida estándar, surgen muchas dudas con respecto a los resultados de una otoplastia. El paciente, si es adulto, o los padres, si se trata de un niño, deberán tener en cuenta que los resultados no darán la perfección, ya que sólo se trata de una corrección en busca de mejoría, además de que naturalmente las orejas no son iguales.
El objetivo es conseguir una mejor posición o tamaño de estas sin descuidar el aspecto de naturalidad que el propio cuerpo humano posee. De hecho este tema es tratado a profundidad en la sesión informativa sobre la otoplastia. Se le proporcionará información completa, se le guiará para conocer el proceso médico, así como un pronóstico sobre el resultado de la intervención quirúrgica.
Debido a la diferencia en cuanto a edad, niño o adulto, y la posición o tamaño de las orejas entre cada paciente, no se realiza el mismo tipo de operación para todos los casos, aunque sí hay pasos generales.
La otoplastia es una cirugía de categoría ambulatoria, así que el paciente podrá regresar a su casa el mismo día en que se realiza la operación. Llevará un vendaje durante los 7 días posteriores, el cual estará cubriendo por completo las orejas.
Es normal que haya sensación de dolor moderado en ambas partes, pero se recetará algún analgésico para disminuirlo.
Una vez que el vendaje sea retirado, se añadirá una venda de compresión que mantendrá fijas las orejas por al menos dos semanas o el tiempo que el cirujano considere conveniente.